martes, 14 de diciembre de 2010

El "efecto Mateo": del Evangelio a las Ciencias Sociales

Como curiosidad, hoy dedico una entrada a lo que en sociología se ha llamado el efecto Mateo, haciendo un microrepaso a sus orígenes bíblicos y a sus aplicaciones en Ciencias Sociales al estudio de la ciencia, primero, y de la educación, más tarde.

El origen del efecto Mateo: la "parábola de los talentos" en el Evangelio

En el Evangelio de San Mateo, en El Nuevo Testamento, se cuenta la siguiente historia:

Parábola de los talentos

14 »El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos* y les entregó sus bienes.
[*lit. esclavos; en esa época, había esclavos de confianza a quienes sus amos encargaban los bienes]

15 A uno dio cinco talentos*, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
[*Un talento equivalía a seis mil denarios, o sea, al salario por seis mil días de trabajo. Cinco talentos equivaldría al salario de casi cien años de trabajo de un obrero.]

16 El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.

17 Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos.

18 Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

19 »Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.

20 Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos".

21 Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor".

22 Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos".

23 Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor".

24 Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: "Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;

25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo".

26 Respondiendo su señor, le dijo: "Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí.

27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.

28 Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos,

29 porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

30 Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes".

Fuente: "Parábola de los talentos", Mateo 25: 14-30, La Biblia. Nuevo Testamento. Versión Reina-Valera, 1995.

El "efecto Mateo" y la institución social de la ciencia en Robert K. Merton

En sociología, Robert K. Merton aplicó esta parábola a la ciencia en dos aspectos. El primero, el relativo a la particular lógica de los sistemas de recompensas que se dan en ella y a sus consecuencias sobre las carreras individuales de los científicos, desde el punto de vista de la desigualdad en las formas de consagración científica:

"el efecto Mateo consiste en la acumulación de mayores incrementos de reconocimiento por contribuciones científicas particulares a científicos con una considerable reputación y la negación de tal reconocimiento a los científicos que aún no se han hecho una marca." [ o "no se han distinguido." ] (Merton, 1968: 58)

El segundo, relativo a los sistemas de comunicación de las aportaciones científicas, de nuevo marcados por las diferencias en las posiciones y en el prestigio de los científicos que las firman:

"una contribución científica tendrá una mayor visibilidad en la comunidad de los científicos cuando es introducida por un científico de alto rango que cuando es introducida por un científico que aún no se ha hecho una marca." [o "no se ha distinguido", "no ha alcanzado cierta distinción"] (Merton, 1968: 59)

En definitiva, a través de estos mecanismos y procesos de selección, los centros reconocidos del saber científico perpetúan su posición de ventaja y dominio, acumulando y concentrando "talentos" y "recursos".

Fuente: Merton, Robert K. (1968): "The Matthew Effect in Science", Science, 159 (3810), 56–63.

El "efecto Mateo" en la educación: la reproducción de las desigualdades de partida

En el ámbito de la educación, se recuperó la formulación de Merton para aplicarla, primero, a la explicación de las diferencias de rendimiento académico entre alumnos (Walberg y Tsai, 1983) y, segundo, a las diferencias en el aprendizaje de la lectura (Stanovich, 1986), dentro del marco general de la investigación sobre la desigualdad de oportunidades educativas.

En el primer caso, los autores concluían lo siguiente a partir de un estudio cuantitativo (basado en correlaciones y regresión):


"Dentro de las limitaciones de los datos transversales, parece que el logro científico en general entre adultos jóvenes depende de su formación anterior relevante, su actividad educativa actual, y su motivación; y que la formación anterior (educational background), incluyendo los aspectos psicológicos de los ambientes experimentados en las escuelas, los grupos étnicos y socioeconómicos, y las familias, es lo que más peso tiene. Aunque los tres factores contribuyen significativamente a la varianza observada, son colineales; los aventajados en uno de los factores tienen altas probabilidades de serlo también en los otros dos. Las ventajas no son sólo colineales, sino acumulativas, puesto que la formación anterior predice la actividad educativa actual y la motivación y las tres contribuyen al logro." (Walberg y Tsai, 1983: 371)

Fuente: Walberg, H.J. y Tsai, S.-L. (1983): "Matthew effects in education", American Educational Research Journal, vol. 20, nº 3, pp. 359-373.

Dicho en "cristiano" (xD): aquellos que parten de una mejor formación previa, vinculada a una determinada experiencia escolar y familiar, y a variables como la etnia y el "grupo" socioeconómico (se ve que, dentro del paradigma funcionalista en el que se enmarcaba esta investigación y en el contexto norteamericano de aquella época, no se contemplaba hablar de "clase social", ni de "capital cultural"), tienen mayores probabilidades de éxito académico en su educación actual.

Quizá la formulación de Stanovich, basada en el trabajo de estos autores y aplicada a la lectura, sea más clara:

"uno de los mecanismos que conduce a efectos Mateo en educación es la facilitación del aprendizaje por una base de conocimiento previamente existente, rica y elaborada. Una persona con más experiencia tiene una base de conocimiento más amplia, y esa amplia base de conocimiento permite a la persona adquirir una habilidad mayor aún a una velocidad más alta. Un efecto Mateo análogo en la lectura surge del hecho de que son los mejores lectores los que poseen vocabularios más desarrollados." (Stanovich, 1986, 381)

Aquellos que hayan adquirido previamente una base de conocimiento y unas habilidades lectoras, los "mejores lectores", serán por tanto los que con más facilidad progresen en el aprendizaje de la lectura (De nuevo, la referencia a la clase y al capital cultural es obviada por el autor; resuenan, sin embargo, las tesis de Basil Bernstein sobre las desigualdades educativas derivadas de la adquisición en el medio social de origen de un "código restringido" o un "código elaborado", más cercano a la cultura escolar).

Fuente: Stanovich, K. E. (1986): "Matthew effects in reading: some consequences of individual differences in the acquisition of literacy", Reading Research Quarterly, Fall 1986, vol. XXI, nº4, pp. 360-407.

De Mateo a Maxwell: Bourdieu y la reproducción escolar

Resulta curioso, sin embargo, el paralelismo entre el "efecto Mateo" en educación y la metáfora, algo más compleja y elaborada, que Bourdieu empleó para ilustrar el funcionamiento de los mecanismos de reproducción escolar, retomada del físico escocés James Clerk Maxwell
:



"Maxwell imagina un demonio que, entre las partículas en movimiento más o menos calientes, es decir más o menos rápidas que pasan por delante de él, lleva a cabo una selección, mandando a las más rápidas a un recipiente, cuya temperatura se eleva, a las más lentas a otro, cuya temperatura baja. Actuando de este modo, mantiene la diferencia, el orden que, de otro modo, tendería a desaparecer. El sistema escolar actúa como el demonio de Maxwell: a costa del gasto de la energía necesaria para llevar a cabo la operación de selección, mantiene el orden preexistente, es decir la separación entre los alumnos dotados de cantidades desiguales de capital cultural. Con mayor precisión, mediante toda una serie de operaciones de selección, separa a los poseedores de capital cultural heredado de los que carecen de él. Como las diferencias de aptitud son inseparables de diferencias sociales según el capital heredado, tiende a mantener las diferencias sociales preexistentes." (Bourdieu, 1994: 40-41)

Fuente: Bourdieu, P. (1994): Raisons Pratiques. Sur la théorie de l'action, París: Editions du Seuil, capítulo 2 ("El nuevo capital").

A modo de cierre

Convendría aquí, como hace el propio Bourdieu en el texto citado, ponernos en guardia contra las interpretaciones excesivamente mecanicistas de estas tendencias reproductivas, que pudieran derivarse de estas metáforas. No hablamos de leyes inmutables, inscritas por siempre jamás en ninguna "naturaleza humana", sino de tendencias sociales afuertemente rraigadas pero arbitrarias y contingentes, producto de un prolongado -a veces imperceptible- trabajo social de producción. Tampoco debieran estas aportaciones teóricas llevarnos a ver por todas partes la "eterna reproducción de lo mismo", ni cegarnos ante la heterogeneidad y diversidad de lo social, cuya percepción y interpretación requiere también armarse de nuevos conceptos y metáforas.

3 comentarios:

Elba Rodríguez dijo...

AMIGO RECIBA USRED MIS MAS SINCERAS FELICITACIONES CON ESTE EXCELENTE ARTÍCULO POR DEMÁS INTERESANTE!

Blanca dijo...

Siempre he sido muy fan del Efecto Mateo, pero últimamente me ha llamado más la atención el Principio de Peter, no solo porque el nombre es mucho más gracioso (que lo es) sino que tambien se cumple (al igual que el efecto mateo) muchas más veces de las que nos gustaría.

http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Peter

Javier Rujas dijo...

Gracias a ti por leer estas cosas de frikis, Elba.

Gracias por el comentario, Blanca. El Principio de Peter (no sabía que se llamaba así) es una ley universal sin duda alguna.