domingo, 5 de agosto de 2007

* De Pensarse Implosionó


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"¡Como pasa el verano! ando intentando avanzar en lecturas y en algún que otro escrito para colgar pero como a vosotros (me imagino) me es imposible, al menos en la medida que me gustaría. Precisamente esto me ha llevado a escribir este mini (hiperbreve) cuento en el que se trata lo imperfecto del ser humano, las limitaciones y, lo más importante, las posibilidades solo dentro de los límites… bueno pues eso, lectura breve para el verano que entiendo que estamos todos un poco disipados entre los quehaceres y los “queseyores”. Moraleja: Carpe Diem (que es muy sabio y sano).

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DE PENSARSE IMPLOSIONÓ

HASTA DESAPARECER


Las diez de la mañana tras una larga jornada de pensamiento e insomnio. Parecía difícil llegar a conocer todo cuanto le rodeaba - a la par que a sí mismo- y tener tiempo para dormir.
Cómo iba ha hacerlo si todo cuanto podía pensar era pensado por su imperfecto cerebro, visto con sus imperfectos ojos, oído con sus imperfectos oídos, escrito con sus imperfectas manos y leído a partir de su no menos perfecta voz. Sumido en este renunció de sí mismo, el de su insalvable incapacidad de conocer solo como observador, siguió largas horas en duda. Hasta que le aturdió por completo el replicar de las campanas de la vieja iglesia Románica, esa que hacía frente al joven sol veraniego proyectando una magnifica sombra sobre la ventana de nuestro pensador taciturno. Sin embargo el placer carnal de descansar bajo aquella agradable sombra no entraba en los planes de superación y comprensión cósmica de aquél desgraciado. Por ello continuó reflexionando, descartando todo elemento de duda y pensando sobre él, sobre el cosmos, sobre lo social, sobre, sobre… y entonces cayo en la cuenta. Se concentró con todas sus fuerzas y cambió su foco de atención en lugar de “sobre” a “en” y cuando llego a pensar en lo social, en el cosmos, en él, él… entonces comprendió el Todo, entonces sintió que todo el mundo se replegaba sobre sí y en él, entonces ya no pudo parar, la espiral del conocimiento se invirtió siendo el mismo el recipiente y el vacío que lo contiene. Implosionó en multitud de colores y sensaciones que inundaron toda la estancia, convirtiéndose en conciencia pura, inmaterial, totalmente transformado en un ser omnicomprensivo, extraterreno y ahumano.

Entonces ardió en deseos de contarle a todo el mundo aquello pero se dio cuenta de que no tenía manos, para escribir, ni labios para hablar, ni ojos para mirar, ni oído para oír… ni nada, él mismo era Nada. Comprendió que él era parte y ausencia de sí mismo y dejo de existir. La más imperfecta de las manos puede con sus trazos guiar la senda de los que con imperfectos ojos puedan leerla. Desde entonces ya nadie olvidó la historia del pensador que de pensar en sí mismo se introvertió hasta desaparecer.

4 comentarios:

Javier Rujas dijo...

Bonito cuento. Lectura sencilla pero con importante carga simbólica y una lección de humildad epistemológica como moraleja, que, si no me equivoco (es Sergio Christian quien tiene que confirmarlo), enlaza bien con la última parte de mi último texto (“Una alternativa frente a la resurrección de los ídolos”): comprender y aceptar nuestras limitaciones, en lugar de alejarnos de nuestro plano de existencia, perdiéndonos en lo “extraterreno y ahumano”, en la Nada; sólo desde el Ser se puede comprender el Ser.
Por otro lado, vuelven temas que en algún momento surgieron en el blog (notablemente a raíz de “especialización deshumanizadora”), que no dejan de tener importancia: la imposibilidad de conocer el Todo, las limitaciones del conocedor individual,…
Eso sí, la diferencia de pensar “en” y pensar “sobre” se me escapa un poco.

S. Christian dijo...

Esta es la segunda vez que escribo este comentario gracias al capricho de Windows XP aliado con un no menos estupendo Microsoft Word… A ver si hay suerte de llegar al final antes de que se pierda todo de nuevo…

No me extenderé demasiado en esta respuesta pues me gustaría dedicar algo más de tiempo al texto del Relativismo. En parte también porque Rujas ha descrito perfectamente las líneas sobre las que trata este texto, a saber, (le copio textual) “solo desde el Ser se puede comprender el Ser” y “la imposibilidad de conocer el Todo, las limitaciones del conocedor individual”.

Este relato (hiperbreve), su moraleja y temática, cuadra a la perfección con el texto del Relativismo, para muestra un botón:-“Aceptar nuestra imperfección y relativizar nuestras posibilidades de conocimiento, sin renegar por ello del hombre, sino permitiéndole reencontrarse a sí mismo”. (Una alternativa frente a la resurrección de los ídolos por J. Rujas)


Más problemas ha traído la cuestión de pensar “en” o pensar “sobre”, pues bien, es un recurso “poético/ literario” del que me serví para dar un giro al argumento y cerrar la breve historieta. Ahora bien, no está exento de significación lógica, como bien a intuido Javi, aunque ésta sin duda será muy discutible, dado lo apresurado de la escritura (apenas unos minutos) y la consecuente falta de reflexión (que me caracteriza ejejejje “”homopasionalis””). Pero a lo hecho pecho y voy a desgranar el por qué de uno u otro “pensar”, para ello me remito a la autoridad (un tanto laxa) de la RAE.

Como ya se ha dicho solo podemos conocer desde nuestros límites, esto es pensar “en”, relacionado con “in” (desde dentro) frente a “sobre” en relación a “ex” (desde fuera, hacía), esto definido por la RAE sería algo así;
En: denota en qué lugar, tiempo o modo se realiza lo expresado por el verbo a que se refiere. Es decir, aplicado a nuestro pensador serían sus limitaciones circunstanciales y existenciales (humanas).
En la segunda parte cuando piensa “sobre”: cerca de otra cosa, con más altura que ella y dominándola. Aquí nuestro pensador ya es otra cosa diferente respecto a lo que quiere conocer y además está por encima, esto no es humanamente posible y elimina la posibilidad de conocer, hablamos de la imposibilidad de ser objetivo…(sigue el estribillo que caracteriza la línea de este blog)
Se que este pensar “en” o “sobre” será un tanto discutible (agradezco la crítica si se produce) pero bueno ahí queda sino la claridad lógica al menos la intención o función en el texto.

Por otro lado y para terminar, me gustaría llamar la atención sobre otro tema tratado en la historia, la necesidad de cultivarnos pero también de Vivir, ya que este texto es un alegato a la vida, a la experiencia, a la satisfacción del cuerpo y el espíritu (si es que hay tal división), en definitiva, al desarrollo de eso que llaman “inteligencia emocional “(no describe completamente lo que quiero decir) a la búsqueda de la realización de las diferentes cualidades que llevamos en nuestro ser, y no al renuncio de la mayoría en pro de una sola… ¿Qué os parece, suena bien no?

Anónimo dijo...

Estas cosas son malísimas para la cuestión gris, lo sabeis, ¿verdad? (y luego nos quejamos de ser percibidos por los "otros" como una "elite-clase intelectualoide" y medio colgaos), qué le vamos a hacer, el caso es que me encanta. Sólo tengo una cuestión (si queréis metodológica) a la distinción entre "pensar en" y "sobre": desde nuestro punto de vista, desde la mirada "sociológica", pensar "sobre" estaría excluído de nuestro imaginario, en tanto rallaría el positivismo más absurdo; por otra parte pensar "en" asumiría una postura eminentemente, aunque no tan radical como la anterior, interpretativista o cualitativa. La postura, por radical que fuera, aceptaría que nuestro estudio de la "realidad social" no estaría inerme de la misma, por lo tanto sería aún más "socialmente real" y, por tanto, "realmente científico". Te (os) agradecería que confirmaras si ese era el sentido "total" del texto o es que tantas horas de curro y el rallamiento mental apalancan mis ideas. Un abrazo, sociólog@s

S. Christian dijo...

Joder y yo que quería que fuera un cuento sencillito y lo que está saliendo… en fin, que si, que esto es muy malo para la cabeza (en exceso y en defecto) y que no es raro que nos califiquen… eso sí con una apreciación, nosotros podremos vernos como intelectualistas (yo no me veo así al 100% sobretodo por el texto que colgaré esta tarde si me animo) pero desde fuera seguro que nos ven como colgaos sin más. Seguro.
Ahora bien que nadie se sienta fuera pues esto está abierto a todo el que le apetezca empaparse de estos temas. No hace falta decirlo pero bueno, soy un poco pesao.


Retomando a Pedro que siente especial gusto por la flagelación intelectual (es de agradecer) que pese al curro se empeña en encender neuronas felizmente aletargadas en la invernación veraniega.
El jodío recurso de “en y sobre”… la madre que me trajo, os prometo que no lo pensé mucho lo escribí y punto…pero vamos eso no exime toda la discusión que de este acto “inocente” puede desprenderse. Es cierto que podemos sacar algunas conclusiones como dice Pedro y, básicamente, creo que no añadiré nada nuevo (los que estén aburridos pasen directamente a la conclusión) soy un poco pesimista jejeje:

Ánimo:
Respecto al Todo enunciado por Rujas en su comentario de más arriba, recogido por mí y reformulado por ti (bonita carambola) creo que el primero se refería (yo por lo menos) a la imposibilidad de que un intelectual llegue a conocer Nada solo por el mismo, nos necesitamos los unos a los otros y para poder dilucidar sobre las esencias del mundo es necesaria toda una red social permita a este exquisito pensador el dedicarse a tal menester. (Esto se puede ver muy bien en el texto de Asier : El conocimiento no es un acto individual Junio 2007 “en el mismo blog”, os copio el vínculo por si estáis vagos: http://gestioscireomnia.blogspot.com/2007/06/el-conocimiento-no-es-un-acto.html



En segundo lugar, aunque ese pensador pudiera llegar a conocer -este indeterminado- Todo éste solo lo comprendería como autobservador (desde dentro de ese mismo “Todo”, como parte vaya)…siguiendo el tema, a eso me refería con “pensando en”.

Ahora bien, en el cuento de más arriba, cuando el personaje piensa sobre, me refiero a que este “conoce” como algo ajeno a lo que conoce (como dice Pedro es una crítica al directa al positivismo más ingenuo), Por ello nuestro pensador desaparece, es decir es imposible conocer como si nosotros no fuéramos parte de lo que conocemos, es una paradoja. Por qué, pues bueno porque para conocer hay que ser consciente, en un primer nivel de ti mismo y en segundo del conjunto del que formas parte. Para ser consciente (me perdonen los creyentes) hay que ser un ente físico (que me perdone Vicente que suele firmar como ente) Ahora bien, en el cuento nuestro Ser desaparece y por tanto ni piensa, ni es consciente, ni conoce ni nada.

**CONCLUSIÓN: Entonces para concluir, es imposible (según la línea de discusión que llevamos) hablar de conocer a partir de pensar “sobre”, ahora bien, tampoco desde pensar “en” podríamos conocer el Todo, eso suena más a vedad de fe, o a meditación Taoista (sin desprestigio de ninguna y menos de la segunda). Pero mucho me temo que un filólogo/filosofo podría desarticularnos toda la discusión (o no) pero lo importante es precisamente eso, que se han llegado en estos comentarios a categorías epistemológicas de cómo nos acercamos a la realidad independientemente de que las llamemos X(en) e Y (sobre) o Z(cualquiera) M (cualquier otra)…

En fin un abrazo a tod@s