El “Cierre” a las “Masas” y El Paradigma Acrítico
Continuando con el texto colgado ayer, me permito realizar un análisis sobre la sociología, muy particular y personal, pero que expresa como creo que se debería hacer las cosas si lo que queremos es aprender, también vale para saber qué es lo que se debe hacer para encajar en la corriente... Reconozco que es un texto muy personal y que he estado tentado de colgarlo en mi blog Relatos de Vida, pero bueno me he lanzado y ya está hecho. Perdón también por saturar el blog con entradas,,,me tomaré un tiempo dé descanso...
Otro argumento para el cierre de la universidad pública:
Por un lado el modelo tal y como ahora se evalúa (viabilidad económica) es insostenible, por otro lado es “peligroso” que las masas “proletarias” (digamos grupos de heterogenia procedencia socioeconómica) puedan acceder a los resortes de poder, criticarlos y transformarlo. Por ello en todo este proceso se reduce la “capacidad crítica”, es decir, desde hace tiempo se está consiguiendo extirpar del discurso académico la palabra crítica o al menos se ha relegarlo y connotado la palabra de matices negativos(no digo que lo haga "el malvado sistema", ni grupos de poder ocultos, solo digo que está pasando no busco responsables solo hechos). Cuando en realidad si miramos el diccionario de la real academia vemos que de las 10-12 entradas existentes para la palabra crítica solo 2-3 tiene un valor negativo, el resto; oportunidad, ejercicio, son todas bastante positivas o al menos abren la oportunidad…
Entonces ¿Por qué este afán por eliminar la palabrita? Pues porque tras la palabra viene toda una mentalidad y, lo que más duele, una actitud transformadora a la par que racional. Se habla de sociedad de flujos, en transformación… ¿Pero qué es lo que se transforma? Asumimos los cambios en la superficie, en las tendencias, en la tecnología… pero ninguno en el fonfo de la organización, de los resortes y engranajes sociales, económicos, políticos.... La palabra crítica vierte su mirada más allá de la superficie y hurga en los resortes mismos y a nadie le guste que le toquen “de mala manera” lo más íntimo. Y realmente esta negación (ostracismo) de lo crítico se está consiguiendo con éxito.
Lo Crítico:
En un tiempo se pensó que el ser crítico era el deber ser del universitario. Así pues había una mayoría que no lo era y éstos eran catalogados de alienados. Hoy en día las cosas han cambiado y ahora los críticos son aún menos y empero parecen ellos los alienados, enfermos de incontinencia existencial. Dignos del ostracismo, fuera del ámbito de la universidad, de la ciencia oficial e institucional.
Quizás éste es uno de los problemas (para el ejercicio crítico), el exceso de institucionalización, el modelo de gestión mercantil empapa incluso el modelo de gestión de la ciencia, tanto es así que la universidad precisa de gestores… La sociología -como el resto de disciplinas- busca su nicho de mercado, se articula en multitud de asociaciones y en federaciones, tanto de ámbito nacional como supranacional. Éstas determinan un canon de pensamiento en coste y contenido, esto es, valores. Una teoría del signo que es una teoría del valor y una teoría del valor que en realidad es una teoría del signo. También se establece en este proceso de institucionalización una relación de dependencia e influencia que zurce las ideas al pan, como el burro y la zanahoria.
Se decía (que me perdonen algunos politólogos y en especial Pedro pues no se corresponde con él lo que voy a decir) que en la facultad de CCPP y Sociología se habían hecho dos carreras, una para reproducir el sistema y otra para criticarlo, pues bien ahora vemos que una efectivamente una lo reproduce (CCPP) y la otra en cambio lo legitima (Sociología).
Hay autores que distinguen grandes tipos o modalidades de conocimiento, dentro del sociológico distinguen entre conocimiento crítico, profesional, políticos y público. Pues bien, los últimos anulan el primero, hasta el punto que -deslegitimada la capacidad crítica- sólo algunos cuestionan, ya no la realidad, sino la forma de hacer sociología. Esto no solo es limitado sino que además legitima lo que critica (la Sociología como ciencia institucionalizada) a la par que se deslegitima así mismo (descreído que tira piedras a su propio tejado). El que se esfuerce por ser crítico SOLO con la sociología será como aquel que ha de replantear su identidad a cada paso sin poder en este trance salir de sí mismo. Entonces incluso la crítica (contenida) es resorte legitimador e integrador de la propia disciplina en el conjunto de las ciencias y del c osmos social.
La Institucionalización y el Oficio Técnico:
Siguiendo con lo anterior, vemos que la institucionalización es consecuencia (en parte) del mayor número de divisiones en el trabajo de sociológo, esto dicho en plata significa que mientras que haya excedente y tontos dispuestos a pagar contamos hasta las gayolas que se hace el sujeto “x” en el contexto “z” influido por la variable “r”... Quiero decir que el exceso de la especialización nos conduce a la perdida del rumbo (esto son mis valores) de lo que realmente es la sociología. Como decía Adorno (dado que hablo de por dónde me gusta recurro a cita de autoridad para hacer de lo particular bien público, me perdonen que no siga con esta doble línea de argumentación y análisis de mi propio discurso porque es un poco esquizoide, solo quería mostrar la necesidad de diferenciar planos de análisis lógicos, tema que intentaré abordar en posteriores entradas...) pues eso, Adorno decía que la economía estaba perdiendo su capacidad de ver los procesos micro -que es donde se da el verdadero intercambio-, por contra la sociología estaba perdiendo la capacidad de analizar los procesos macro que es donde se dan las transformaciones y procesos de cambio social. Como resultado, enlazo con lo del exceso de especialización, vemos que lo técnico es el análisis de las pequeñas cuestiones, resolución de problemas (previo pago) a una escala micro, análisis desconectados del conjunto y por lo tanto sesgados y miopes. Un ejemplo: el otro día asistí a una presentación de tesis cuyo tema era: “Las colas que se forman en la oficina de extranjería” . No hace falta decir que fue una perdida de tiempo, que no se dijo nada interesante y que ni siquiera se hizo el mínimo esfuerzo de conectar el tema con aspectos más generales. Pero mis felicidades al nuevo doctor en sociología que siga el mercado a ver quíen lo da más barato.
Minimalismos Analíticos, El Cómo vs Por qué:
De esta forma, el análisis técnico cada vez más concreto, específico y acotado nos lleva a ver solo fragmentos aislados que nada nos dicen de la realidad social, poco podemos decir salvo aspecto muy concretos. Eso sí, se realizan informes, tesis, muy afinadas sobre que consolador vender el sujeto “x” en el contexto “z” influido por la variable “r”... pero muy poco sabemos del por qué... esto es una influencia de la ciencia aplicada -ingeniería-, ya que es habitual preguntarle a un científico por qué “x” y nos conteste cómo “x”... El cómo es la pregunta de la ciencia, de la técnica de la ¿sociología? Y el por qué lo es de la filosofía. (Estoy exagerando un poco). Cuanto más se acerque al cómo –los sociólogos- distanciándose del por qué la sociología no será más que saber instrumental, más eficiente aún que la psicología para contener y establecer el orden. Dicho de otra forma, la sociología ha de ser crítica y por ello a de intentar dar respuesta (aunque no encuentre certezas absolutas) al cómo y al por qué. Intención, acción y efectos, (función latente y manifiesta, si se quiere) para dar cuenta de las relaciones, los contextos y los procesos. Para conocer las disposiciones físicas que condicionan las disposiciones psíquicas y su reproducibilidad en las acciones individuales y agregadas (habitus ¿no?)... llamémoslo como queramos, elijamos uno u otro objeto pero frente al minimalismo analítico el holismo comprensivo (dentro de unos límites y con cautelas) para tal vez poder aprehender la realidad y transformarla. Ahora bien no esperéis que nadie nos pague por esto... Puede que al final la educación no sea un privilegio sino un capricho a contra corriente.
Continuando con el texto colgado ayer, me permito realizar un análisis sobre la sociología, muy particular y personal, pero que expresa como creo que se debería hacer las cosas si lo que queremos es aprender, también vale para saber qué es lo que se debe hacer para encajar en la corriente... Reconozco que es un texto muy personal y que he estado tentado de colgarlo en mi blog Relatos de Vida, pero bueno me he lanzado y ya está hecho. Perdón también por saturar el blog con entradas,,,me tomaré un tiempo dé descanso...
Otro argumento para el cierre de la universidad pública:
Por un lado el modelo tal y como ahora se evalúa (viabilidad económica) es insostenible, por otro lado es “peligroso” que las masas “proletarias” (digamos grupos de heterogenia procedencia socioeconómica) puedan acceder a los resortes de poder, criticarlos y transformarlo. Por ello en todo este proceso se reduce la “capacidad crítica”, es decir, desde hace tiempo se está consiguiendo extirpar del discurso académico la palabra crítica o al menos se ha relegarlo y connotado la palabra de matices negativos(no digo que lo haga "el malvado sistema", ni grupos de poder ocultos, solo digo que está pasando no busco responsables solo hechos). Cuando en realidad si miramos el diccionario de la real academia vemos que de las 10-12 entradas existentes para la palabra crítica solo 2-3 tiene un valor negativo, el resto; oportunidad, ejercicio, son todas bastante positivas o al menos abren la oportunidad…
Entonces ¿Por qué este afán por eliminar la palabrita? Pues porque tras la palabra viene toda una mentalidad y, lo que más duele, una actitud transformadora a la par que racional. Se habla de sociedad de flujos, en transformación… ¿Pero qué es lo que se transforma? Asumimos los cambios en la superficie, en las tendencias, en la tecnología… pero ninguno en el fonfo de la organización, de los resortes y engranajes sociales, económicos, políticos.... La palabra crítica vierte su mirada más allá de la superficie y hurga en los resortes mismos y a nadie le guste que le toquen “de mala manera” lo más íntimo. Y realmente esta negación (ostracismo) de lo crítico se está consiguiendo con éxito.
Lo Crítico:
En un tiempo se pensó que el ser crítico era el deber ser del universitario. Así pues había una mayoría que no lo era y éstos eran catalogados de alienados. Hoy en día las cosas han cambiado y ahora los críticos son aún menos y empero parecen ellos los alienados, enfermos de incontinencia existencial. Dignos del ostracismo, fuera del ámbito de la universidad, de la ciencia oficial e institucional.
Quizás éste es uno de los problemas (para el ejercicio crítico), el exceso de institucionalización, el modelo de gestión mercantil empapa incluso el modelo de gestión de la ciencia, tanto es así que la universidad precisa de gestores… La sociología -como el resto de disciplinas- busca su nicho de mercado, se articula en multitud de asociaciones y en federaciones, tanto de ámbito nacional como supranacional. Éstas determinan un canon de pensamiento en coste y contenido, esto es, valores. Una teoría del signo que es una teoría del valor y una teoría del valor que en realidad es una teoría del signo. También se establece en este proceso de institucionalización una relación de dependencia e influencia que zurce las ideas al pan, como el burro y la zanahoria.
Se decía (que me perdonen algunos politólogos y en especial Pedro pues no se corresponde con él lo que voy a decir) que en la facultad de CCPP y Sociología se habían hecho dos carreras, una para reproducir el sistema y otra para criticarlo, pues bien ahora vemos que una efectivamente una lo reproduce (CCPP) y la otra en cambio lo legitima (Sociología).
Hay autores que distinguen grandes tipos o modalidades de conocimiento, dentro del sociológico distinguen entre conocimiento crítico, profesional, políticos y público. Pues bien, los últimos anulan el primero, hasta el punto que -deslegitimada la capacidad crítica- sólo algunos cuestionan, ya no la realidad, sino la forma de hacer sociología. Esto no solo es limitado sino que además legitima lo que critica (la Sociología como ciencia institucionalizada) a la par que se deslegitima así mismo (descreído que tira piedras a su propio tejado). El que se esfuerce por ser crítico SOLO con la sociología será como aquel que ha de replantear su identidad a cada paso sin poder en este trance salir de sí mismo. Entonces incluso la crítica (contenida) es resorte legitimador e integrador de la propia disciplina en el conjunto de las ciencias y del c osmos social.
La Institucionalización y el Oficio Técnico:
Siguiendo con lo anterior, vemos que la institucionalización es consecuencia (en parte) del mayor número de divisiones en el trabajo de sociológo, esto dicho en plata significa que mientras que haya excedente y tontos dispuestos a pagar contamos hasta las gayolas que se hace el sujeto “x” en el contexto “z” influido por la variable “r”... Quiero decir que el exceso de la especialización nos conduce a la perdida del rumbo (esto son mis valores) de lo que realmente es la sociología. Como decía Adorno (dado que hablo de por dónde me gusta recurro a cita de autoridad para hacer de lo particular bien público, me perdonen que no siga con esta doble línea de argumentación y análisis de mi propio discurso porque es un poco esquizoide, solo quería mostrar la necesidad de diferenciar planos de análisis lógicos, tema que intentaré abordar en posteriores entradas...) pues eso, Adorno decía que la economía estaba perdiendo su capacidad de ver los procesos micro -que es donde se da el verdadero intercambio-, por contra la sociología estaba perdiendo la capacidad de analizar los procesos macro que es donde se dan las transformaciones y procesos de cambio social. Como resultado, enlazo con lo del exceso de especialización, vemos que lo técnico es el análisis de las pequeñas cuestiones, resolución de problemas (previo pago) a una escala micro, análisis desconectados del conjunto y por lo tanto sesgados y miopes. Un ejemplo: el otro día asistí a una presentación de tesis cuyo tema era: “Las colas que se forman en la oficina de extranjería” . No hace falta decir que fue una perdida de tiempo, que no se dijo nada interesante y que ni siquiera se hizo el mínimo esfuerzo de conectar el tema con aspectos más generales. Pero mis felicidades al nuevo doctor en sociología que siga el mercado a ver quíen lo da más barato.
Minimalismos Analíticos, El Cómo vs Por qué:
De esta forma, el análisis técnico cada vez más concreto, específico y acotado nos lleva a ver solo fragmentos aislados que nada nos dicen de la realidad social, poco podemos decir salvo aspecto muy concretos. Eso sí, se realizan informes, tesis, muy afinadas sobre que consolador vender el sujeto “x” en el contexto “z” influido por la variable “r”... pero muy poco sabemos del por qué... esto es una influencia de la ciencia aplicada -ingeniería-, ya que es habitual preguntarle a un científico por qué “x” y nos conteste cómo “x”... El cómo es la pregunta de la ciencia, de la técnica de la ¿sociología? Y el por qué lo es de la filosofía. (Estoy exagerando un poco). Cuanto más se acerque al cómo –los sociólogos- distanciándose del por qué la sociología no será más que saber instrumental, más eficiente aún que la psicología para contener y establecer el orden. Dicho de otra forma, la sociología ha de ser crítica y por ello a de intentar dar respuesta (aunque no encuentre certezas absolutas) al cómo y al por qué. Intención, acción y efectos, (función latente y manifiesta, si se quiere) para dar cuenta de las relaciones, los contextos y los procesos. Para conocer las disposiciones físicas que condicionan las disposiciones psíquicas y su reproducibilidad en las acciones individuales y agregadas (habitus ¿no?)... llamémoslo como queramos, elijamos uno u otro objeto pero frente al minimalismo analítico el holismo comprensivo (dentro de unos límites y con cautelas) para tal vez poder aprehender la realidad y transformarla. Ahora bien no esperéis que nadie nos pague por esto... Puede que al final la educación no sea un privilegio sino un capricho a contra corriente.
Christian, 2007
1 comentario:
Buenas tardes, gente. En primer lugar, quería pedir perdón por no haber podido realizar alguna entrada (en dos ocasiones, una de Rousseau y otra acerca de los "límites constitucionales" y la acción de los nacionalismos "desintegradores" contra la "santa patria", pero falló el sistema) o no haber dispuesto del tiempo necesario para elaborar algo más (no es lo mismo hacer una crítica o un refrendo que una construcción, lo siento). Por otro lado, suscribo lo que has dicho: la crítica es un DEBER científico, y ciencia es TODA la ciencia (no sólo la conveniente según el mercado), pero como lo que se está produciendo es un "trasvase" de la ciencia al panfleto o a la justificación insustancial (y como creo que no puedo aportar más a este respecto, no digo nada más). Como la crítica está relacionada con la disposición en las carreras mencionadas (¿es un fin en sí mismo, es un medio?), la responsabilidad con aquélla no se produce si dichas disciplinas van generando (o dentro de ellas se van adoptando) actitudes "mercantilistas": para el que constituye meramente un medio, la cuestión será cómo entrar en el susodicho mercado de la mejor forma posible, independientemente de crítica. Totalmente de acuerdo hasta ahí. Lo que sí creo, por aportar algo de "optimismo", es que en Sociología teneis una "suerte" (capacidad o comoquiera llamarse): disponeis de un "chip" distinto, pero no es distinto sólo porque podais centraros más o menos en "lo social" (como si lo social y lo político fueran distintos, más allá de lo meramente institucional). Quizás sea porque en nuestro caso (del grupo, más o menos el mismo todos los años) hemos tenido suerte con los profesores de Sociología, pero todos excepto uno de los casos tenían una postura crítica (en algunos casos muy crítica, especialmente en cuestiones de crítica feminista. Se dice el pecado...), unas aptitudes y una actitud con nosotros que difícilmente nos ha impedido ir transformando nuestra visión hasta límites "insospechados" (dependiendo también de lo "rallado" que uno sea o venga). Sin embargo, en el caso de los departamentos de CC políticas se analiza mucho más "lo formal" o aparente (salvando algunos casos muy notables, menos mal), el "análisis de tertulieta barata", vamos. Bien, sin saber si sería por la suerte del profesorado o por qué extraño elemento sobrenatural, un compañero y yo hicimos una serie de encuestas (más bien serían entrevistas semi-abiertas, pero bueno): no fallaba. En ciencias políticas hay gente crítica (no tan pocos como "parece"), pero hay muchísimos (no tengo el caso delante, podría ser de una relación 30/70 %) que podríamos llamar "socialconformistas" (científico-conformistas e incapaces de mover un dedo, por circunstancias o porque no les da la gana), en términos de Adri o simplemente "rojos de palo" (en terminología hortalezana). Pero no todo estaba perdido...¡eureka! resulta que en vuestro caso (es cierto que la muestra era menor) la cantidad de gente con "potencial subversivo" o de contrapoder ideológico era aplastante respecto a políticas. Lamentablemente, terminan resaltando legitimadores en lugar de críticos (por lo que has dicho antes, por el mercado) pero esa era "mi esperanza", el potencial de la sociología (con esto no estoy excusando a mis compañeros politólogos, todo lo contrario. Se cogen unos "rebotes" tremendos cuando cualquiera critica que, por ejemplo, sólo existan campañas electorales o elecciones generales, etc.). Un abrazo, gente.
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