domingo, 30 de noviembre de 2008

* Marx y Weber se dan la mano (I)


La Ciencia Social en general y la Sociología o la Sociología Económica en particular tienen, en esto del estudio del capitalismo, dos grandes referentes que a menudo son presentados como puntos de vista antagónicos. Karl Marx y Max Weber trataron en sus respectivas obras de dar respuesta al origen del capitalismo. Para uno surgió de la explotación del hombre por el hombre y lo basó en la acumulación originaria, otro creyó ver una extensión e implantación racionalista en la Historia de Occidente. A continuación aparece la síntesis weberiana, ¿será cierto que ambos autores pudieron coincidir en la concepción del nuevo sistema económico emergente allá por el siglo XV? Las diferencias entre ambos son claras, pero no parece que lo esté tanto sus coincidencias teóricas.

En su Introducción a la Sociología de la Religión, Max Weber destaca la paulatina racionalización de los diferentes ámbitos de la vida (fenómenos culturales, en términos weberianos). Nos dice que sólo en Occidente hay ciencia válida. Es decir, con conceptos racionales y basada en el pragma y la sistematización. Además, como peculiaridad menciona cómo se ha desarrollado gracias a la inversión capitalista, pero esto conviene aclararlo más adelante; a nivel artístico, sólo en Occidente ha existido la música armónica racional y la pintura ha hecho uso racional de la perspectiva lineal y el área; Sólo en la arquitectura de Occidente podemos hablar de la utilización racional de la bóveda gótica para la distribución del espacio o de una cultura donde las universidades se yerguen como centros donde formar a especialistas de diversas áreas, elementos centrales. Por último, a nivel político, sólo en Occidente podemos hablar de un Estado basado en la Constitución y el Derecho, con un elenco de funcionarios especializados con alto nivel de formación organizativa y jurídica.

Pero, sin duda, la dimensión que parece dar forma es la esfera económica. Así nos habla del capitalismo como “poder que determina el destino de nuestra vida”. El capitalismo es presentado como la limitación racional de un impulso de ganancia, es la expectativa de ganancia basada en probabilidades recíprocas de cambio.

La forma de capitalismo propia de la Edad Moderna es aquella que se fundamenta en la “organización racional capitalista del trabajo (formalmente) libre”. De esta organización empresarial destaca la separación de la economía doméstica y la empresa y la implantación de una contabilidad racional. Estos dos elementos interrelacionados dotan a la empresa moderna capitalista de una autonomía sin precedentes, sólo presentes de este modo en la era Moderna.

Fuera de Occidente no se observa una organización racional del trabajo: el burgués y el proletariado como clase; capitalismo y socialismo racional sólo se han manifestado en Occidente. Sin embargo, lucha de clases ha habido siempre entre deudores y acreedores. Lo propio de la Edad Moderna es la contraposición entre grandes empresarios industriales y trabajadores asalariados libres. De este modo, si se nos pregunta por la esencia del proceso de modernización occidental, y a la luz de lo dicho, debemos responder que es la lógica racional capitalista.

Por último, y casi de modo anecdótico, cabría decir que el texto se llame introducción a la sociología de la religión es porque lo que pretendía hacer un trabajo empírico a base de comparación de los ámbitos religiosos y sus repercusiones en diferentes culturas y las comparará con las de Occidente, adelantando lo que sería la “Ética protestante y el espíritu del capitalismo”. En este primer texto afirma que hay una ética económica religiosa propia de Occidente que en la Edad Moderna sirve como explicación causal del racionalismo capitalista.

6 comentarios:

Javier Rujas dijo...

Bravo por el texto. A ver si dejamos de obcecarnos en oponer a los autores e intentar demostrar su incompatibilidad, ya sea para mantener intacta y "pura" su legitimidad para nosotros, ya sea en un afán de "no contaminación" teórica, ideológica o lo que sea.
Como anécdota, diré que en algún texto suyo Weber reconoce explícitamente la influencia de Marx, diciendo algo así como que cualquier intelectual de su tiempo estaba obligado a vérselas (no en un sentido negativo) con Marx y Nietzsche -dos influencias suyas. Echando un ojo al capítulo "Las categorías sociológicas fundamentales de la vida económica" del Economía y sociedad, queda aún más patente la influencia de Marx.
Salud.

Bloggmaker dijo...

En relación a lo que comentas, y también de manera más anecdótica que teórica, recuerdo aquellas clases en las que Roitman utilizaba la propia definición de Weber para hablarnos del capitalismo. Creo que es ese el texto al que alude Rujas.Qué tiempos aquellos, ¿recuerdan?:-"Lo dice el señorito Weber -(apuntando al libro Economía y Sociedad)-; no Marx (señalándose, inconscientemenete, a sí mismo)".
Este año he coincidido con otro profesor que insiste en su compatibilidad y coincidencia teórica y su enfrentamiento político.

Christian dijo...

Creo que habría que aunar más en esta cuestión. Espero con entusiasmo la segunda edición de esta serie, para que podamos debatir sobre las dos explicaciones (la de Weber y Marx), auque con calma que ya sabemos que el tiempo es algo escaso en estos tiempos de robarle horas al sueño…

Petrovich dijo...

Hay un profesor por ahí suelto que, parafraseando a Weber, insiste una y otra vez que "toda ciencia social es un diálogo con Marx" (Juan Carlos Monedero); yo no iría tan lejos, especialmente por la estrechez de miras que muchas veces tenemos respecto a los dos enfoques, y no sólo los más ortodoxos del marxismo, sino también "idealistas" weberianos. Por citar una discusión que tuve hace poco con una profesora al respecto, su respuesta "culturalista" fue la siguiente: no son compatibles, es más, "no pueden ser compatibles", porque la comprensión de los fundamentos de la sociedad en uno y otro son antagónicos, aunque ella encuadraba más en esta contradicción a Nietzsche. Desde el análisis sociológico o político, quizás no importe tanto qué fue primero, si el huevo o la gallina (depende de dónde se sitúe cada cual, Hobbes puede ser una loa al capitalismo mercantil o también la expresión de algo que estaba en ciernes, pero creo que algo tan temprano ha sido descartado por algunos "marxistas ortodoxos", por ejemplo Kautsky); las connotaciones tienen más que ver con las recurrencias históricas y las posibilidades de acción. Claro, en ambos estaría la "trampa" de la condena sistémica de la razón moderna, lo cual nos llevaría, de nuevo, a establecer qué fundamentos cuestionar primero, si unos u otros. La respuesta podría ser (o sería, más bien) que ambos razonamientos (razón moderna y capitalismo) son inherentes el uno al otro y que, además, son inseparables del "otro" actor inscrito en la tríada moderna, el Estado. O sea, que la mayor contraposición se daría, no en términos analíticos, sino en la efectividad de la praxis política. Dicho lo cual, existe un aspecto en lo que difieren esencialmente, y que puede explicar que la "dupla" a tener en cuenta sea Marx-Nietzsche: el análisis marxista no está "territorializado" (que no se entienda mal) y, si bien las tensiones "revolucionarias" no quedan explicadas del todo, las potencialidades espaciales que abre al análisis (geográfico) social y político son inmensas, en cuanto al conflicto y la dinámica social.

enbraxe dijo...

En la final de La ética, Weber hace la siguiente afirmación, en dialogo abierto -creo- con Marx:

"Pues aunque el hombre moderno, en general, ni aun con la mejor de sus voluntades, no suele estar en condiciones de representarse en su magnitud real la importancia que los contenidos de conciencia religiosos han tenido para el modo de vivir, la cultura y el carácter de los pueblos, ello nos autoriza a sustituir una interpretación causal, unilateralmente materialista de la cultura y de la historia, por otra espiritualista igualmente unilateral. Ambas son igualmente posibles. Pero con ambas se haría el mismo flaco servicio a la verdad histórica si se pretendiera con ellas, no iniciar la investigación, sino darla por conclusa."

Amen. Iremos viendo, pero en principio creo que ponen la atención en aspectos distintos de la misma realidad, así que de cara a explicar la realidad, en este caso el capitalismo, se complementan. Veremos que pasa con el resto, con lo teórico, lo epistemológico...

Respecto a lo de Nietzsche, una cita que he leído hoy. Define la VERDAD en los siguientes términos, al margen de lo caustico de la frase, la misma idea anda implicita a la hora de hablar de la ética protestante y el espíritu del capitalismo:

"Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya conideradas como monedas, sino como metal" (Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Extraido de Alvarez-Uría y Varela: Sociología y genealogía)

Ni que decir, en el caso de Marx también.

Bloggmaker dijo...

El antagonismo Marx-Weber a nivel político queda en lo obvio, pero la verdadera razón, el quid de la cuestión que explica este texto es, ¿podemos coincidir en el análisis de un hecho social aunque mantengamos posiciones políticas antagónicas? Esta es para mí la clave. Mi opinión es que ser fiel a la ciencia social debe posibilitar esta situación, y es precisamente donde muchas veces se mantiene el más encarnizado enfrentamiento a nivel político-institucional, donde las “cajas vacías” o las “monedas niezstcheanas” se suelen rellenar según convenga.
De hecho, Weber es descrito por docentes y doctores libres de toda sospecha como políticamente antisocialista, pero aún así habla de un sistema “formalmente” libre, luego un sistema que en realidad no lo es. Y es aquí una de las cuestiones en las que coincide con Marx (sí Christian, en breve cuelgo el texto de Marx, me queda retocarlo un poco).
Respecto a la “unilateralidad” que plantean ambos, conflicto una vez más entre posiciones divergentes, coincido con Enbraxe en que se “complementan” a la vez que vuelve a encenderse otra vez el interrogante, ¿la divergencia política nos permite realmente permanecer en una posición lo suficientemente tolerante, o de escucha, para llegar a construir un marco común sobre el que dialogar?