lunes, 10 de marzo de 2008

* Precariedad y carestía, tener casa parece una utopía.

Mientras el problema de la adquisición o alquiler de una vivienda se agrava, el gobierno del ya reelegido José Luis Rodríguez Zapatero, pretende distraernos con Planes estrella de ayuda a los jóvenes, como el conocido Plan Chacón que solo ha otorgado en la Comunidad de Madrid la renta básica de emancipación a 45 de las 485 solicitudes tramitadas.
La situación se agrava con el colapso del mercado inmobiliario y el tan temido pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que lleva consigo cifras de despidos que, tirando a la baja, suman 500.000 trabajadores.
Todo esto se enmarca en el plano de una crisis internacional, la crisis de las hipotecas subprimes. Este es el contexto con el que tiene que lidiar ahora el gobierno de Zapatero.
Ante todo esto, surgieron dos iniciativas de lucha, por un lado la única alternativa de izquierda que los últimos tiempos ha conseguido ser un verdadero movimiento social de oposición al gobierno, la Asamblea por la vivienda digna y contra la Precariedad, y por otro lado la iniciativa que tres sindicatos Co.bas, Coordinadora Sindical de Madrid y CGT, que han llegado a un acuerdo para apoyar este movimiento y lanzar otro de lucha contra la “carestía de la vida”.
Así, esta campaña se enmarca en el contexto de una subida vertiginosa de la cesta de la compra, un 43%, mientras que el salario medio sube un 7,95% en el periodo 2001-2007.
El 1 de Marzo de este año se han realizado manifestaciones en distintos lugares de España como Madrid y Barcelona, se calcula que se echaron a la calle según el típico baile de cifras entre 2000 y 6000 personas gritando el ya clásico lema “no vas a tener casa en tu puta vida” y “ni casa, ni vida, ni res, no llegamos a fin de mes”
Estos sindicatos combativos y de clase y este movimiento social se han unido en una lucha que nos atañe a todos. Mientras, el resto de la izquierda institucional llega a acuerdos devastadores para los trabajadores con la excusa de “la paz social”
Del foro social catalán salió una propuesta política alternativa a esa forma de hacer sindicalismo, una ILP que busca que el salario mínimo llegue a los 1200 euros, y que el trabajador tenga derecho a la readmisión si su despido fuese improcedente.
El desarrollo de la economía española que apostó por el mundo de la construcción no va a poder seguir llevando ese camino, ya que, los factores estructurales que sustentaban este mercado están empezando a quebrarse. Parece imposible que se continúe con el ritmo de construcción de los últimos años.
¡Contra la precariedad de la vivienda y el trabajo!, ¡Por una vivienda para todos!


Adrián Ruiz Ibáñez.

7 comentarios:

Lehman dijo...

Estaba esperando un comentario de este tipo para poner yo el primero mío. Es que soy así de prosistema (no te jode xD). Echarle la culpa al Gobierno central de que el así llamado plan Chacón no se haya efectuado en la Comunidad de Madrid, como me ha parecido, es un error de capital importancia teniendo en cuenta que lo que aquí se quiere expresar trata de expresarse con un mínimo de autoridad en la materia. Porque me ha parecido que se echaba la culpa al Gobierno central, cuando el firmante de la entrada bien debería saber que poco tiene que hacer el Gobierno central en el depósito de unas ayudas que tiene que gestionar por imperativo legal la Comunidad de Madrid y el gobierno popular encabezado por la infame Esperanza Aguirre. Y debería saberlo porque basar una crítica o una parte de una crítica en algo que no es cierto desautoriza la crítica en amplia medida.

No voy a entrar en el hecho de que buena parte de las otras cosas que, me ha parecido, son achacadas al Gobierno central, al que antes de que se me acuse debo decir que no doy especial apoyo moral y con el que tampoco estoy de acuerdo en buena parte de sus planteamientos como bien podrá corroborar (si le place o tiene a bien concederme esto) el señor Caballero, tampoco son achacables a la gestión del ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Este comentario es idéntico al que borré sin quererlo.

enbraxe dijo...

Es curioso, desde la izquierda, que volvamos a los derechos de los consumidores cuando siempre hemos hablado de derechos de los trabajadores. Fueron los monetaristas (años 70 de moda en gobiernos neoliberales) los que focalizaron en la inflación como tal el problema. En ese sentido, el discurso neoliberal a calado tan hondo que hasta en la izquierda se construye discurso a partir de sus premisas (no éticas sino econométricas). Sinmás... no entro a valorarlo (puede que sea positivo en la medida en que se les puede rebatir en los mismo términos discursivos).

Es todo un tema lo de las competencias, y la verdad es que el alcance del gobierno para hacer una política para la vivienda que sea efectiva desde el punto de vista de los objetivos declarados es jodido.
Uno de los principales problemas es que los ayuntamientos tienen mucha autonomía para gestionar el asunto de la vivienda, al tiempo que su gestión se basa en las plusvalías que obtienen sobre la venta de suelo... enfin, que no hay mucho que decir.

No sé hasta que punto la aplicación del PLAN es competencia de uno u otro. Si la culpa es de Zapatero o de Esperanza Aguirre no es mi problema. ¿De quién es la culpa? La "culpa"... que se encarguen de ella los políticos, son los que han monopolizado la división culpable/inocente a través de las campañas electorales y la justicia, y no es un atributo que me interese monopolizar.

Lehman dijo...

Tu florido verbo gongorino plantea serios problemas de comprensión, querido enbraxe. En tu comentario y en el resto de tus escritos. Deberías descargar tu textos de esa pátina intencional de didacticismo lingüistico que ni los conviene ni los aporta, sino que los subyuga a un estilo por encima de un significado y los oscurece.

En cuanto al tema que nos ocupa, en fin, el tema de las competencias es importante saberlo a la hora de hacer crítica si es que se quiere, como se ha querido, buscar un culpable y no dar con uno falso. A ti podrá importarte un bledo, como a mi pueda importarme el efecto mismo de las competencias y no quien las tenga, pero, en justicia, no se puede culpar a alguien de lo que no es culpable, por mucho que sean políticos. La división no la han marcado ni las campañas electorales ni la justicia, sino la ley, que es una cosa distinta a ésta última. Y me temo que la ley no es mala, y la descentralización de las competencias no lo es tampoco como tal. Así que volvemos a lo mismo, de lo que pasa en Madrid tiene la culpa el gobierno de Madrid, y lo que pasa por no ir a votar autojustificándose en que el sistema es una mierda y que todos son iguales es que se rebajan al mismo nivel los que no tienen en verdad ese nivel. Es injusto y poco elocuente ese discurso, sobre todo porque se demuestra cada vez más que es de todo punto falso. Si vamos a jugar, juguemos en serio, no con autoengaños: corremos el riesgo de parecernos a lo que queremos criticar...

enbraxe dijo...

Yo también sería más conceptualista que culterano aunque, wen fin, lo de la escritura es algo que quiero limarlo porque si es cierto que no soy demasiado claro. Al igual que le dije a Christian cuando me dijo lo mismo, te lo agradezco.
De paso, un poema de Quevedo a Góngora, un poco gratuito:

CONTRA DON LUIS DE GONGORA Y SU POESIA
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;
el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.
Hasta aquí de acuerdo.
En cuanto a lo de la culpa, sigo en mis trece.
El origen de la culpa, la creencia en el albedrío, trasladado a la justicia o ley. Creo que sé a qué te refieres cuando distingues justicia de ley. Yo creo que lo único que le diferencia es el órgano ejecutor, ya el estado o la persona en su creencia. Que el estado se vea autorizado a impartir justicia no es mucho más grave de que el ciudadano se vea autorizado a hacerlo.
La pregunta ¿quién define la justicia? nos remite a la pregunta de quién “goza de una limpieza moral” para hacerlo, y eso es poder. “El que esté libre de pecados que tire la primera piedra”, si hay alguien libre de pecados es, simplemente porque no se le ha visto pecar, ese es el rey, el juez y el poderoso –quien cuenta con recursos para enmascarar su propia acción; como decía Foucault, la ley nos lleva a la capacidad que unos tienen de cometer “ilegalismos”, es decir, algunos están mas expuestos a la culpa que otros-.

“un albedrío, por tanto, que, supeditado a la función de sustentar la plausible apariencia de un castigo ajustado a la medida del culpable, en realidad permite inventar culpables capaces de ajustarse a la medida del castigo” (Sanchez Ferlosio, Sobre la guerra, pág. 82)

Una justicia abstracta tipificada antes del hecho, es una justicia que necesita de culpables, para poder realizarse en el plano concreto. La culpabilización hace que se culpe “a priori” al abstencionista, sin reflexividad, debido a la creencia en un código abstracto. Se puede discutir la abstención o la viabilidad de uno u otro voto, pero en el momento que se culpabiliza a la persona –a través de ese código abstracto-, el hecho no puede discutirse.

Autocrítica pues en mi hermetismo lingüístico y mal estilo –que además comparto y trato de mejorar-, pero no creo en la validez de los argumentos culpabilizadores. Enfin, puede que haya diferencias en cuanto a lo que nos parece interesante analizar, eso no nos convierte en Góngora y Quevedo. De hacerlo yo no quiero ser Góngora, pero no puedo obligarte a tí a serlo. Y viceversa. Nadie quiere ser el malo de la película, pero todos quieren ser el bueno.

PD: Creo además, que hay una discusión interesante a este respecto. El albedrío, creo yo, es un tema que atraviesa estos temas –filosóficos, diría-. No se si hacer yo una entrada para inaugurar un debate o si, mejor la haces tu, en cualquier caso, yo creo que el tema se merece un apartado.

Un saludo

Daniel Caballero Gutiérrez dijo...

Asier comparto el interés respecto a las cuestiones del albedrio y la culpa, estoy trabajando un texto sobre eso que terminaré pronto, si me concedes el honor, me gustaría iniciar la reflexión con ese texto, aunque ya sabes que toda aportación por tu parte es siempre bienvenida.

En cuanto a la discusión que entraña esta entrada, sinceramente la encuentro algo vacia e insipida, ese es mi juicio, y ese es mi juicio porque considero que la polémica gira en torno a otros juicios, consideraciones personales, vale muy bien, ¿y qué con eso? que la abstención es mala, supongo que hay muchas maneras de verlo, aunque no creo que sea mala necesariamente, si la gente no vota pero se moviliza socialmente por otros cauces bienvenido sea, sobre la indiferencia... bueno, considero el pernicioso argumento de que la gente, la masa, es estupida y no sabe lo que quiere una excusa empleada para realizar algunos de los mayores desmanes contra la humanidad, de modo que no lo acepto, porque claro, todos son estupidos menos yo que tengo la verdad y se lo que es correcto y lo que se debe hacer. En fin, yo creo que la gente no es estupida, la gente sabe lo que quiere, y parece que la gente quiere se indiferente, no le interesa lo social ni lo político, bien, pues sea, quien soy yo para valorarlo como si mi juicio fuese el correcto.

Lehman dijo...

Porque haciendo una regla de tres con esos razonamientos vuestros no sirve ni la justicia del hombre y el sentido crítico del hombre. Yo no digo que mi juicio sea el correcto, pero tengo juicio. Si no existe la justicia y tampoco el juicio estamos entrando en un terreno metafísico y convendría plantearse quién o qué tiene el derecho de impartir justicia y de impartir juicio crítico. Y ese terreno es en extremo farragoso...

S. Christian dijo...

Hola a todos, animosos míos. Tomo partido porque como diría Adrí estoy más por las reflexiones metafísicas que por las cosas de la calle, lo que sucede es que, aunque le pese, esta entrada ha tornado hacia esos derroteros.

Todos tenemos juicio, eso está más que claro y aceptado por todos (creo). Ahora bien, la justicia es cuestión de fe (ver cita 1). No solo hay fe en las religiones, también lo hay en el valor del dinero (fiduciario) en la equidad de los jueces y la justicia, en definitiva, nuestro mundo nómico se mantiene por la confianza, la creencia de que las cosas seguirán siendo como son. Por ejemplo, voy a la universidad porque supongo que estará abierta, me acuesto porque pienso que al día siguiente amanecerá y continuará el mundo…A dónde quiero llegar, pues a que no debemos confundir la POLÍTICA (acuerdo-entre personas) con lo JURÍDICO (sometimiento-entre personas):

a) Lo POLÍTICO es aquel espacio (como este blog) en el que cada uno con su opinión (juicio y gusto/razón y emoción) y desde sus creencias (políticas, religiosas, o cualquiera que determine la percepción del sujeto) aborda las problemáticas.
El acuerdo, consenso conseguido (en el mejor de los casos) es un acuerdo político. Que es cierto en la medida en que los que participan lo consideran cierto.
Ahora bien, podría ocurrir que comparado con lo que se escribe fuera del blog fuera incierto (digamos la ciencia formal, o cualquier otra “eminencia” similar). Digamos por ejemplo que llegamos al acuerdo de que los gatos negros son mejores que los blancos (es absurdo, pero creo que como ejemplo útil), ahora bien, ese primer acuerdo sería valido si es sostenido por todos. Lo siguiente sería contrastarlo con lo que se piensa fuera, pero ahí se nos escapa lo político y empiezan las reglas de la ciencia, poder, jerarquías, criterios, acreditados y expertos. Que serán más o menos útiles para dirimir según qué cuestiones pero representan todos estos elementos “apoliticos”.

b) Lo JURÍDICO “no es más” que el sometimiento a unas reglas preestablecidas, en las que se elimina la posibilidad de lo político (plano análisis crítico del discurso, en el día a día los sistemas políticos reconocen la posibilidad de ambos, pero eso nos lleva a una discusión sobre los términos y las definiciones en el día a día, que no entro). Como decía, lo jurídico elimina lo político. Lo jurídico es la objetivación del tiempo social, es decir, la estandarización de las personas, las acciones y las penas. Es de alguna forma la tasación de la equivalencia entre acto y castigo, lo que se dirime es un ajuste entre dos elementos dados. Después, como que nos creemos que el juez es ecuánime, qué es más o menos objetivo (algo imposible) y, sobre todo, nos creemos que la ley es justa. Cuando en realidad la ley solo es la articulación de la lógica de lo jurídico, la prescripción, el intermediario entre delito y castigo.

c) La JUSTICIA ni es ni no es Justa, pues esta categoría es tan relativa como a la cultura concreta que analicemos, es decir, que la justicia no tiene ninguna capacidad heurística, más bien requiere de la capacidad (humana/juez) hermenéutica (subjetiva). Pero este código es humano, salvo en las religiones de libro que varía en función de la creencia o no de la revelación divina. Volviendo a la humana, es un código hecho por sujetos y como tal subjetiva. Otra cosa es que se objetivice y cosifique las relaciones entre humanos eliminado (negando) la capacidad política de todas las personas, pues éstas más allá de lo que piensen (de su juicio, opinión, crítica) han de someterse a un código.
La política ha de en entenderse en el sentido que se viene barajando en este texto. No pretendo aportar una alternativa, solo desmotar la lógica discursiva.


Conclusión: Si nos queremos mover en el terreno de lo POLÍTICO, solo debemos ponernos de ACUERDO con nuestras OPINIONES, si queremos el terreno de lo jurídico solo tenemos que inscribir una serie de leyes sobre qué temas se han de hablar y que sanción implica hablar de otros (es broma). Quiero decir, que el acuerdo es una capacidad humana.

Devuelto el tema de lo farragoso y relativo al acuerdo concreto (que le gusta más a Adri) y con la promesa de Dani de desarrollar el subtema ¿alguien se anima a subrayar los puntos en común y aquellos que no en la temática de la vivienda? Para que satisfechos los primeros profundicemos en el desgajamiento de los segundos. Si os parece adecuado continuar por este camino, no niego que todo escrito conlleva algo de acción pedagógica, pero nuevamente al estar todos en igualdad de condiciones para aceptar o negar las opiniones de los otros estas acciones pedagógicas tornan a conversaciones y acuerdos entre colegas.


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Cita 1: Hay distintos tipos de fe, según unos u otros, pues también es cierto que la función psicosocial (en Mi opinión) es similar a todas. Aunque quizás habría que distinguir entre Fe y Creencia o Certeza que en este texto utilizo por igual.