martes, 1 de julio de 2008

* Transición y Eurocopa: algo más que pan y circo

Algunas ideas en torno a la victoria de España, y a la Eurocopa en general. He intentado no moverme en exceso por las visceras. Me he cuidado de poner fuentes, y la tabla de audiencias para que comenteis lo que os parezca.

Zapatero afirmaba hoy lo siguiente, en respuesta a la pregunta de un periodista en torno a la victoria de España en la Eurocopa:
“Siempre un triunfo de este nivel supone una afirmación, un orgullo de país. Y es que España, en todo el periodo democrático, el mejor de nuestra historia, no consiguió nada así. Había como una especie de drama por no haber conseguido esto, teniendo una gran Liga de fútbol y grandes jugadores. Y, por fin, ya lo hemos conseguido, se ha cerrado la transición en el fútbol español.”[1]
El fútbol, lejos de ser simplemente veintidós tíos corriendo en calzoncillos, es asunto de Estado. Toda la Eurocopa se ha emitido en abierto, a diferencia de muchos partidos de la liga, la copa del rey, Champions League y UEFA. Las competiciones entre selecciones nacionales se vienen emitiendo en abierto –algún año, ha sido compartido con la emisión por Canal + de partidos que coincidían en fecha y hora-.
Cuatro no sólo ha sabido alinearse a favor de la selección nacional, también ha tenido la fortuna de su buen juego y victorias sucesivas, lo que le ha llevado a hacer una buena caja. Después de los penaltis entre Italia y España, la final Alemania-España ha sido la más vista de la televisión, con 14,5 millones de espectadores, rondando en ciertos momentos el 90% del share (aquí teneis los datos por si quereis comentarlos en profundidad, eso sí: de muestreos y muestras no sabemos nada).[2] A esto no pueden ser ajenos los políticos.
Parafraseando a Clausewitz, podríamos decir que “el fútbol es la continuación de la guerra por otros medios”. Tiene una función cohesiva, tanto para ganadores como para perdedores, aunque especialmente para los primeros, ya que enfrenta a otras selecciones nacionales las propias. La propia historia y, sobre todo, los medios de comunicación posibilitan esa vinculación emocional. Mientras el resultado se dirime en el campo de fútbol, no es necesario asumir los costes que supone dirimirlo en el campo de batalla. Los anuncios de Cuatro, bajo el lema “podemos”, evocan la misma lucha violenta de los propios jugadores. En efecto, los jugadores aparecen como gladiadores.
Sí, sí, “pan y circo”.Y más cosas. Las imágenes del partido iban acompañadas de las reacciones del presidente del gobierno y el jefe de estado. Saltándose la “etiqueta”, la campechanía del Rey fue también la de Rodríguez Zapatero; los españoles vibraron con el mismo ímpetu de ambos. Todos estaban en el mismo barco.
También lo hizo Fernando Alonso, Manolo el del Bombo y el resto de la afición completando la tríada de la Transición. La historia, el régimen pasado –sin acritud-, encarnado en el Rey. El pueblo, encarnado en la afición. Y, el nuevo orden constitucional, en tanto que fruto de las dos anteriores: el Presidente. Aquellas imágenes evocaban ese mismo espíritu de la Transición, en una puesta en escena religiosa: con sus ritos, trances, epifanías, etc.
Así, se trazó como en la guerra, pero sin guerra, la línea de demarcación. A favor de España, no eran ya las imágenes que evocaban el franquismo, a favor de España convivían las dos Españas: se vieron[3] banderas con el pollo, pero también al menos una republicana, y las constitucionales. Los altercados provocados por aficionados de derecha son un intento de monopolizar ideológicamente el apoyo a España, en tanto que tal confirman la heterogeneidad de los aficionados.
En esa línea imaginada, también muchos inmigrantes se unieron a favor de España portando gorras, bufandas y camisetas por las calles de Madrid. En varias discusiones, con Iker, con Christian, con Jaime, etc. No hemos llegado a una conclusión, dábamos dos explicaciones:
- Los inmigrantes afirmaban su deseo de pertenecer a esa comunidad. Podríamos entenderla en términos de grupo de referencia.
- El que en su mayoría fueran latinoamericanos indica que al posicionarse a favor de España se posicionaban a favor de su origen común: el castellano, etc. Rindiendo culto a sus propias comunidades imaginadas trasmutadas en españolas.
No creo que sean incompatibles.
La audiencia se repartió a niveles similares, rondando el 80% a lo largo de todo el estado, siendo en Madrid más elevada (87,5 %) y en Catalunya menos (71 %), aun así esta diferencia no parece casual.
Yo seguí el partido desde un par de bares de Algorta. En cierto modo, más allá de una final al uso, mucha gente acudió a ver el partido a afirmar su propia identidad vasca, en oposición a la española. No hubo oportunidad, ya que no hubo gol alguno de Alemania. Pero, si se observó un clima general similar a cuando los bares se vacían tras una derrota del Athletic.
Hubo, también, gente que tocó el claxón, poca pero la hubo. Alguien tiro varios cohetes, mientras entre amigos nos excusabamos: vienen de otro pueblo, son por las fiestas, etc.
En esto también, la Eurocopa ha sido similar a la Transición, en el País Vasco nos hemos quedado (auto)excluidos de esa línea de demarcación. En ciertos medios, se ha empleado este partido como un plebiscito –precisamente los que niegan un referéndum-, en el que podría mostrarse la inclusión de los vascos en la comunidad imaginada de esa España nueva y constitucional.
Afines a esta posición, en El Correo titulaban:
“Un millar de aficionados se reúnen en la plaza Moyua de Bilbao para celebrar el triunfo de España”[4]
Mientras que en GARA:
“Las calles vascas se vaciaron con la final de la eurocopa… y siguieron así después”[5]
En cualquier caso, similar al rechazo que obtuvo la Constitución, la victoria de España apenas se celebró en el País Vasco. Y al igual que sucedió con la Constitución, la selección española se ha impuesto como la única posible: el gobierno español presentó sendos recursos a las ayudas que el gobierno vasco y la Generalitatdan a las selecciones[6] , y la Federación Española de Bolos se retiró de las competiciones internacionales, debido a que la selección de Catalunya tiene su presencia.

Asier Amezaga Etxebarria

NOTAS
[1] El País
[2] Formula TV
[3] Digo “se vieron”. Obviamente, “se enseñaron”. Sobra decir que no estoy hablando tanto de lo que sucedió en el partido, sino de lo que se vio suceder, lo que se enseñó.
[4] El Correo
[5] Gara
[6] Deia

4 comentarios:

Petrovich dijo...

Buenas tardes, gente. No tod@s íbamos con España; algunos (que parece somos marginales, visto que nadie comprendía mi postura en CC políticas), aunque tampoco nos agrada apoyar a una ninguna selección nacional, no es que estuviéramos en contra, es que el rebote que cogí fue bastante aparente. ¿Por qué? dirá alguien Las líneas generales ya las ha dado Asier: primero, porque el fútbol no sólo es una ritualización de la guerra, es Nazismo en estado puro (ojo, que lo dice uno que es del Madrid: contradicción de cojones, pero del Madrid y de Madrid). Ritos, símbolos, una estructura jerárquica convergente en el vértice que es el equipo de fútbol, los líderes respectivos, los medios de comunicación que, esta vez sí, en bloque, han arrasado cualquier otra comunicación-ideologización y, de fondo, la victoria suprema de una NACION, con una conciencia "igualitaria" en cuanto a que "(los españoles)hemos ganado la Eurocopa", desviando la estructura real, esto es, la pirámide estatal y la hecatombe (sí, hecatombe) económica que se está produciendo (sí, falsa conciencia, coño). Al Gobierno le ha venido a huevo: llevan un año "renacionalizando" el Estado (hablando de España, no de la democracia, y postulando "Gobierno de España", en lugar de Ministerio de lo que sea, etc) en torno a una única nación. No vale la pena discutir acerca del vínculo a España o a otras selecciones, o incluso ir contra España; todas las posturas son iguales de legítimas, si es de "comunidades imaginadas" de lo que estamos hablando. Me parece que Rokkan, Anderson y Taylor atribuyen a entre 3 y 5 Estados la realidad de la "unicidad nacional": así, pues, el resto son Estados multinacionales de cajón. Pero comoquiera que la lealtad política estatal es excluyente respecto al resto (y que se cuiden muy mucho respecto a plantear nada de "ciudadanía vasca"!, faltaría más, todo por España), tod@s sabemos que cohesiona mucho más esa unidad nacional-estatal. ¿En cuanto al idioma? Creado, recreado e impuesto: estoy de acuerdo en que puede buscarse el vínculo con el castellano y en lo de la necesidad de afirmarse como tal, pero no lo puedo ver positivo, más que nada porque, más allá del falso melting pot, la "hibridación" me parece la síntesis más coherente respecto a la inmigración. Otra cosa por la que estaba en contra es porque, aunque no me gusta ningún nacionalismo (excepto el "honesto", es decir, el de la democracia directa o autodeterminada, y lo siento si soy excesivamente impositivo con lo de honesto), tendremos que considerar donde estamos: respecto a "mi comunidad imaginada", Madrid, porque esto, cada vez más, se está convirtiendo en un bastión de reacción, y el integrismo nacional-católico, cuanto más lejos, mejor. En cuanto al Estado español, por lo dicho anteriormente, y porque aquí la nación no es "ni progreso, ni Revolución, ni pueblo" ni leches: España viene desde Viriato, por lo menos (nada de concepción moderna de nación, claro). El lenguaje (castellano, por cierto, no español, que lo primero es lo que reconoce "su" santa CE1978), lo mismo, desde que Dios puso el huevo. Y el resto es una España de pandereta, que cuando gana una mierda de equipo de fútbol (tampoco me gustan las celebraciones del Madrid, eso que conste, por si acaso) sale a la calle como posesos: y cuando le engañan como a gilipollas, y se demuestra, no pasa nada: reverdece el himno a España por una victoria que ritualiza fascismo y guerra, pero no emerge ninguna conciencia democrática "nacional-estatal" (si se considera sólo la identidad nacional española) o varias (se plantea lo del art.155 CE respecto a Ibarretxe, ojito), ni tampoco revueltas por la recuperación/demostración de la soberanía popular. "Vivan las cadenas", con los futbolistas como déspotas por encima de la plebe, de la servidumbre que, como "regalo", enloquecen con un mísero grito de alguno de ellos, mientras pide a voces que, por favor, le aprieten un poco más el yugo...Lo dicho, una auténtica catástrofe.

S. Christian dijo...

Son estos días de de orgullo, de celebración, charanga y pandereta, como diría Machado. No solo hemos “realizado la transición en el fútbol” sino que también hemos entrado en Europa, ahora los otros nos reconocen, aunque sea por unos años de que “hemos jugao bien” “el furbol es asín” y tantos otros tópicos… Me parece curiosa la escenificación y asimilación del triunfo –y sus réditos- en los diversos ámbitos sociopolíticos; el pueblo –en la pza. Colón- el gobierno –ZP- y el “pilar “de la “democracia” la “Realeza” –“Bourbón” -, vaya, solo falta el clero, aunque seguro que a Rouco Barela se le levantaron las faldas de la sotana de la emoción.

Mis neuronas no están muy católicas, más bien existenciales, pero me arriesgaré a aventurar dos ideas; Por un lado, una pequeño comentario al tema del Euskalerría (allí) País Vasco (aquí), decir que:- “En el País Vasco nos hemos quedado (auto)excluidos de esa línea de demarcación” es como decir que en España todos salieron a la calle a celebrar la epopeya (como nos advertía Pedro) más bien, y pienso en mi familia en Ocharcoaga (Barrio de Bilbao, poblado por familias Gitanas (unos muy vascos otro no tanto), y vascos de segundas y terceras generaciones (mal llamados maquetos…), que en realidad algunos se quedaron sin celebrar como les hubiera gustado. Es más, seguro que en algunos bares se celebró, o en otros tantos al día siguiente se comentó con satisfacción. Aunque no es casi necesaria esta aclaración pues ya ponías (Asier) los dos titulares de los periódicos que dan cuenta de la diferentes imágenes manifiestas –aunque edulcoradas ambas, para mi gusto-.
La segunda idea es más bien una observación, hoy he estado dando un paseo en bicicleta (es decir, he pasado por unos cuantos ministerios y edificios del estado) y he visto relucientes y enormes banderas de España, especialmente en el recién rehabilitado Palacio de la Comunicaciones en Cibeles, realmente sorprendente porque no ondea la de la Comunidad de Madrid, ni la de Europa, sola y exultante la bandera de España. Es curioso, porque con tanto orgullo flotando en el ambiente se dan banderas del orgullo gay anudada a la de España en la espalda de un varón contorneado y ceñido, que contrasta con las palizas que unos nazis fueron propinando el día del orgullo patrio, o con la imagen de unas personas de color negro que corrían con la bandera española, o los latinoamericanos celebrando la victoria de la madre patria…en fin, “““Gora España, urrebitsa eta zirku”””.

Respecto a lo que comentaba Pedro, na, no te preocupes que disonancias de cojones tenemos todos, yo creo que la disonancia aunque la aprendemos como negativa son “normal” (estadísticamente)…sin embargo, nuestros valores burguesitos nos obligan a al discurso identitario coherente y ordenado…aunque siendo sinceros es más cómoda la asonancia para el ambiente psicológico…
Al tema, me ha parecido interesante que el equipo del régimen de paquito era el Real Madrid y ahora el equipo por el que redoblan las campanas es España, no solo ha crecido Europa sino que ha crecido España en estos años… para cuando la selección Europea contra la Estadounidense, o la Unión Latinoamericana… todo se andará, al fin y al cabo ahora no nos matamos, viva la democracia, el fútbol y toda su canalla sobre la que se erigen los pilares de la humanidad. Na, que me caliento y al fin y al cabo comentar la actualidad anima y calienta la pluma en la misma medida que se sobrevalora la trascendencia de los hechos, en unos meses solo quedará la inflación, los tipos de interés y la resaca…
Salud,

enbraxe dijo...

De acuerdo con los dos, sólo dos comentarios:
1. El que a las celebraciones se le haya dado carácter plebiscitario, no quiere decir que lo tengan. Es decir, que no es tanto lo que ha movilizado sino lo que se ha visto. Sería más acertado hablar de visibilización.
2. Y, efectivamente, en el País Vasco se ha visibilizado en menor medida -desde el País Vasco-, aunque los medios de comunicación, en cierto modo, lo han agigantado -desde el "estado"-. Mientras que, en Madrid, se ha tratado -en las calles, no en los medios- de visibilizar España como la preconstitucional, ojo! sólo desde algunos sectores, pero sectores visibles -en la calle-, a través de la violencia.
A este respecto constatar que me han comentado que un coche que estuvo pitando para celebrar la victoria de la selección española, recibió fue golpeado desde fuera. En mi pueblo, según me han contado. Claro está! No se están inhibiendo conciencias, sino visibilizaciones.

Javier Rujas dijo...

Un clásico relacionado de la sociología del deporte: Norbert Elias, "Un ensayo sobre el deporte y la violencia", en Elias y Dunning (1992): Deporte y ocio en el proceso de civilización. México: Fondo de Cultura Económica.

Bravo por el texto: crítico y mordaz, pero sociológico pese a la carga afectiva evidente que se siente detrás.

En Francia, tuve la suerte de pasarme de fútbol televisado, de Eurocopa, de selección española, de la "gran victoria de España" (ya no sólo de la selección de fútbol: salto discursivo poco legítimo) y de toda su escenificación, toda la sobrecobertura mediática, toda la incitación a la celebración, la integración nacional bajo la bandera del fútbol, "toda España con la selección", el fútbol-ideología (en el sentido más puramente marxista de ideas y representaciones dominantes que ocultan a los hombres sus condiciones de existencia) cumpliendo funxión de "opio del pueblo", etc.
¡Y cuánto me alegro, coño!