sábado, 12 de julio de 2008

* La Ficción de Galileo

Después de un tiempo de baja actividad intelectual me dedico ahora a realizar una entrada un poco “densa y desagradable” para los que no les interesa mucho este tema. Pero creo que esta entrada viene a enlazarse con una de las líneas de desarrollo de este blog, “el análisis crítico de la ciencia” y “la construcción social de la ciencia”. Tratadas en las siguientes entradas (espero no dejarme ninguna): “Posibilidad de conocer, ciencia y realidad”, “el conocimiento no es un acto individual”, “biología y conocimiento”, “la curvatura de la realidad social”, “los axiomas de la ciencia”, “sobre el relativismo” … más que abrumar al lector (sobretodo a los que se incorporan ahora) se pretende relacionar esta temática con aquellas otras que son similares, no porque se pretenda en este texto realizar un resumen y síntesis (que habría que ir pensándolo), sino porque se da otra pincelada a esas temáticas, que en unas cosas parecerá que se repite pero que creo que aborda la cuestión desde otro mirada, aunque ésta solo sea la que confiere el paso del tiempo.
Recomiendo el visionado de la película “Los crímenes de Oxford” que aborda parte de los temas que se tratan en esta entrada y el texto ¿Un universo diseñado? de Steven Weinberg
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La Ficción de Galileo

Para Galileo el mundo está escrito en lenguaje matemático, aunque más bien podríamos decir que el mundo permite ser interpretado en lenguaje matemático,gracias a este lenguaje puede ser leído "eficientemente".

La diferencia estriba en que del primero todo resultado obtenido mediante inferencia matemática sería el único y Real de los posibles. Es decir, la ciencia como arqueología que gracias a las matemáticas va descubriendo las leyes universales de la Realidad. Sin embargo, decir que el mundo admite ser interpretado en lenguaje matemático significa admitir que es posible realizar “inferencias-eficientes”, que mediante vínculos de causalidad nos permiten operar en el mundo, resumir, interpretar y predecir fenómenos en la realidad. Sin embargo, estos datos los obtenemos a partir de los axiomas de la ciencia en cuestión, desde estos principios de partida podemos establecer una lógica de causalidad, única y verdadera (entendiendo por verdad las “inferencias eficientes”) que nos permite viajar a la Luna, desarrollar artificios que mejoran la vida de algunos/as, etc. Pero esto no quiere decir que aplicando otros axiomas de partida no encontraríamos otras relaciones de causalidad diferentes ya sean más o menos eficientes. Es decir, la ciencia no como el arte de la arqueología sino como el arte de la ““innovatio””, de establecer relaciones eficientes a partir de un código matemático. No es que el mundo esté escrito en lenguaje matemático, sino que nosotros lo leemos en lenguaje matemático, aunque para ello antes nos convenzamos de que éste es el único lenguaje, al final, somos nosotros los que des-escribimos el mundo, de todas las lógicas posibles nos quedamos con una que nos parece la más "eficiente" (para la situación y condición material de quienes la desarrollan).
Esta decisión nada tienen que ver con los designios de la naturaleza sino con las relaciones entre personas y entre sociedades, de las capacidades de unos para aprehender el mundo y escribirlo en su lógica y para extender este procesamiento al resto del mundo como ejercicio de poder (poder de) y como vía de posibilidad (poder para). Lo siento por el pobre Galileo pero él mismo se creyó su propia ficción, el mundo no es matemática pura, sino ideología latente en el centro de la cognición.

Sin duda el propio Galileo podría alegar:- “pero se mueve” (pero aún así funciona), si pero no es que se mueva porque esté escrito en la matemática sino que la matemática nos permite hacer un registro, descripción y aventurar, su movimiento, sin ser estano la única forma de hacerlo ni la única interpretación posible. La ciencia y el pensamiento de las personas ha estado durante mucho tiempo (y está aún) determinado por un cierto “pensamiento-principio-sesgo antrópico” en su forma de acercarse a la realidad, convencidos de lo que los ojos (de determinados) humanos ven es la única Realidad posible y su optica la única forma de acercarse a la realidad. Así ontológicamente la realidad es una multiplicidad de objetos y fenómenos materiales independientes (previos y posteriores) a la idea que tengamos de las cosas. Es decir, incluso las propias teorías sobre el origen del cosmos son ideas basadas en un sofisticado constructo científico generado a partir de un aparato sensitivo (humano) que nos permite percibir y desarrollar tales hechos/teorías (y no otros). Es decir, el problema del razonamiento antrópico se refieren a la confusión de un problema de orden epistemológico (relación del sujeto con los objetos a conocer) por uno ontológico (la existencia misma de los objetos-sujetos) tiznado de deseos teleológicos.

Se que hay muchas ideas mezcladas, reconozco que no está muy elaborado para lo que me gustaría, pero como dice Dani "el plato/cadaver está sobre la mesa".

3 comentarios:

enbraxe dijo...

En lo de la confusión de orden epistemológico y ontólogico, estoy bastante de acuerdo. Aunque creo que hay una epistemología correlativa, respecto a una ontología. Respecto a la teísta o atea, una positivista. Respecto a la agnóstica, una construcitivista o una crítica.

Me parece que lo que señalas en lo que respecta al mundo "exterior", podría relacionarse con lo relativo al comportamiento humano.Últimamente le vengo dando vueltas al tema de la racionalidad que supuestamente nos es común. Si nos es común, entonces tiene (a efectos reales) una naturaleza similar a la exterioridad; es decir rige nuestro comportamiento desde el exterior. Además, si nuestra naturaleza es racional (el problema viene de este tipo de enunciados) deberíamos vivir en el comunismo (por lo "común", sobre todo).
Estoy leyendo la Crítica de la razón pura, y me parece bastante razonable lo que dice; pero las dudas persisten...
En cuanto a lo segundo, Horkheimer decía que el problema es el origen (el pecado original, diría yo) de la diferenciación entre racionalidad y realidad, en el antagonismo o en la diferencia (creo que la crítica que le hizo Ferlosio bastaría).

Besos
Asier

PD: Había hecho un texto más elaborado, pero lo acabo de perder. Enfin, ya diré algo más.

Javier Rujas dijo...

Ante todo, buen texto. Será rápido, pero sencillo y claro. Su interés no es sólo que vuelve sobre el tema, que obviamente constituye un eje fundamental del blog desde el principio, de la "construcción social de la ciencia", sino que llama la atención sobre uno de los elementos fundadores de la ciencia moderna: la matematización no sólo como instrumento al servicio de la objetivación científica, sino como esquema de interpretación, como correlato del apriorismo holístico ("Lo real es racional", el Todo se rige por un puñado de leyes fundamentales, asemejables a las leyes de la física o de las matemáticas), como base del pensamiento científico primitivo (afortunadamente la concepción científica del mundo, aunque probablemente tuviera necesidad de defender una concepción reduccionista, rígida y exagerada como esta para constituirse en saber autorizado, y más autorizado que el resto, ha operado una relativización de sus presupuestos y ha optado por una complejización de sus esquemas de aprehensión del mundo).

Sobre la matemática

Las matemáticas constituyeron durante largo tiempo un modelo para todas las ciencias (bajo el influjo del objetivismo reinante, condición de surgimiento de la ciencia), por su exactitud y su naturaleza lógica. Sin embargo, lo que no se suele decir es que la ciencia más exacta de las ciencias es a la vez la más abstracta y la menos empírica. La matemática es una ciencia que no estudia la realidad "natural". Es exacta porque es puramente teórica. No busca representar la realidad. Su campo de trabajo queda a dos palmos del suelo: es su propio lenguaje, el lenguaje matemático, un código, un conjunto de signos creados artificialmente, con una utilidad práctica (contar, numerar, etc.) fundamental para la vida tal y como existe hoy en día y para el desarrollo del resto de ciencias (incluídas las sociales), pero que no busca una imagen "exacta" de la realidad. La matemática pura es ombliguista por naturaleza, tiene por objeto su propio lenguaje, se estudia a sí misma. El oficio del matemático es desarrollar el lenguaje matemático, ir más allá en el estudio de las relaciones y combinaciones posibles entre sus conceptos, en el desarrollo de las operaciones posibles. Y el lenguaje matemático es un lenguaje formal, por oposición a los denominados lenguajes naturales. Por ello es el más lógico y racional.

"Leer" el mundo

Aunque la ciencia, o al menos la sociología, puede prescindir a veces del lenguaje matemático para interpretar el mundo, no puede prescindir del principio de causalidad (axioma fundamental de la ciencia, ya sea una idea de causalidad unívoca o una idea reformada de causalidad en el sentido de un conjunto causal y una diferenciación de causas según los principios de necesidad y suficiencia), ni de la lógica. Si la ciencia es discurso, entonces no puede prescindir de la argumentación y, por tanto, de establecer relaciones lógicas entre cosas o fenómenos.
Pero aunque la ciencia que lea la realidad con lenguaje matemático sea necesariamente lógica, no toda ciencia necesita usar el lenguaje matemático para serlo. Cada ciencia elabora su código interpretativo y produce una forma propia de razonamiento para leer la realidad según una lógica.

Ciencia y poder

Otro buen elemento del texto es la relación establecida entre ciencia y poder. Foucault no dejó de insistir en la relación entre saber y poder, en su constante interpenetración, y no sólo en el sentido de la fórmula del sentido común "el conocimiento es poder", sino también en el sentido contrario: el poder crea saberes. Ambos se alimentan y fundamentan mutua y continuamente, y a este esquema no escapa a la ciencia.

enbraxe dijo...

Quería comentar varias cosas, pero lo dejaré para otro día. Creo que estaría bien que leyeseis lo que dice Kant, en la segunda analogía para sentar el Princiupio de la producción, causalidad -diríamos-: "Todo cuanto sucede (comienza a ser) supone algo a lo que sucede según una regla". Creo que el razonamiento podría tiene alguna trampa, pero no estoy seguro, lo que sí que refleja el modo de pensar deísta ('deus ex machina', vaya, 'ex machina' sí, pero 'deus' al fin y al cabo). Ya comentaremos:

KANT. Crítica de la razón pura. Tomo I. Clásicos Bergua. 1970
1) “No diré, pues, que dos estados se siguen en el fenómeno, sino tan sólo que una aprehensión sigue a otra, lo que es simplemente algo subjetivo que no determina ningún objeto, lo que, por consiguiente, no puede en modo alguno pasar por un conocimiento de un objeto cualquiera (ni siquiera en el fenómeno” (pág. 406)

2) “Tenemos en nosotros representaciones de las que podemos también tener conciencia. Pero por extensa, por exacta y precisa que pueda ser esta conciencia, no por ello es menos cierto que está siempre formada de representaciones, es decir, de determinaciones internas de nuestro espíritu en tal o cual relación de tiempo.” (407)

3) “Pero no puede adquirir en esta relación de tiempo su lugar determinado sino porque en el estado precedente algo es presupuesto a lo que sigue siempre, es decir, según una regla, de donde resulta, en primer lugar, que no puedo ni invertir la serie ni colocar lo que llega antes de lo que precede; en segundo lugar, que el estado que precede, una vez dado, este acontecimiento determinado sigue infalible y necesariamente.” (409)

4) “…la relación de los fenómenos (…) relación según la cual lo subsiguiente (lo que sucede) es determinado en el tiempo, en cuanto a su existencia, por algún antecedente, y ello necesariamente, según una regla, por consiguiente, la relación de la causa al efecto, es la condición del valor objetivo de nuestros juicios empíricos, relativamente a la serie de percepciones, y, por consiguiente, a su verdad empírica y consecuentemente a la experiencia.El principio de la relación de causalidad en la sucesión de los fenómenos tiene, pues, también un valor anterior a todos los objetos de la experiencia (bajo la condición de la sucesión), puesto que es él mismo el principio de la posibilidad de la experiencia.” (411)

5) “El tiempo entre la causalidad de la causa y su efecto inmediato puede ir desvaneciéndose, y la causa y el efecto ser, por consiguiente, simultáneos, pero la relación del uno al otro permanece, no obstante, siempre determinable en el tiempo.” (412)

6) “La acción significa ya la relación del sujeto de causalidad al efecto. Ahora bien, puesto que todo efecto consiste en lo que sucede, y, por consiguiente, en el cambio que tiene como carácter la sucesión en el tiempo, el último sujeto de lo que cambia es lo permanente, considerado como el substrato de todo cambio, es decir, la sustancia.” (413)

7) “Cuando una sustancia pasa de un estado ‘a’ a otro ‘b’, el momento del segundo estado es diferente del momento del primero y le sigue. Asimismo, el segundo estado, como realidad (en el fenómeno) es distinto del primero en que esta realidad no era, como ‘b’ de cero, es decir, que si el estado ‘b’ no se distingue del estado ‘a’ sino por la magnitud, el cambio es lo que proviene de ‘b’-‘a’, cosa que no estaba en el estado precedente, y en relación a éste, ‘b’-‘a’ es =0. (.../…) Se pregunta, pues, cómo una cosa pasa de un estado =’a’ a otro =’b’. Entre dos momentos hay siempre un tiempo, y entre dos estados en estos momentos hay siempre un tiempo, y entre dos estados en estos momentos hay siempre una diferencia que tiene una magnitud (pues todas las partes de los fenómenos son siempre, a su vez, magnitudes).” (415)

8) “Así, pues, lo mismo que el tiempo contiene la condición sensible a priori de la posibilidad de una progresión continua de lo que existe a lo que sigue, igualmente el entendimiento, gracias a la unidad de la percepción, es la condición a priori de la posibilidad de una determinación continua de todos los lugares de los fenómenos en el tiempo, por medio de la serie de las causas y de los efectos, de las cuales las primeras arrastran necesariamente la existencia de los segundos y con ello hacen al conocimiento empírico de las relaciones de tiempo valedero para todo el tiempo, es decir, objetivamente valedero.” (417)

(La escritura no es mía, es del traductor, y de Kant, claro)+

Un abrazo